Hemos visto como influye la música en nuestras emociones, pero ¿Qué hay de los animales? El músico violonchelista David Teie se ha encargado de averiguarlo realizando música para gatos, monos y caballos.
Teie cree que la relación de un animal con la música comienza en el útero. Al combinar los sonidos que se escuchan durante el desarrollo de un animal con las vocalizaciones emocionales que emite se crea música conmovedora para ese animal.
Primero Teie pidió algunas vocalizaciones de primates y Charles Snowdon, investigador en comunicación de primates en la Universidad de Wisconsin-Madison le envío grabaciones de un grupo de pequeños monos tamarinos. Al igual que los humanos, los tamarinos escuchan la voz y los latidos del corazón de su madre en el útero, pero sus latidos son mucho más rápidos y sus voces son octavas más altas, lo que lleva a Teie a conjeturar que las canciones de los tamarinos debían ser mucho más rápidas y agudas que las canciones humanas. Así que tomó las vocalizaciones enviadas por Snowdon, las hizo más lentas para poder escuchar las notas, las escuchó y las transcribió en música. Los gritos de los monos en estado relajado estaban en intervalos consonantes y tenían ritmos regulares, mientras que los gritos de preocupación estaban en intervalos disonantes y tenían ritmos irregulares.
Teie había compuesto dos tipos de canciones: algunas para calmar a los tamarinos y otras para entusiasmarlos. Y efectivamente lograron su cometido. Las canciones de cuna tranquilizaron a los monos y las canciones de "entusiasmo" los emocionaron. Teie estaba extasiado, y se publicó su estudio y el de Snowdon.
Luego, decidió crear música para una mascota muy popular: los gatos. Teie sintió que no tenía mucho sentido incluir el latido del corazón de una madre gata en las composiciones porque los gatitos en el útero no pueden procesarlo. Así que, colocó el sonido de la succión por leche, un sonido que es omnipresente durante el desarrollo infantil de un gato.
Sus canciones también incluían patrones musicales que reflejaban los ronroneos de los gatos y los maullidos de los gatitos. Guiado por sus hallazgos, Teie escribió dos canciones destinadas a relajar a los felinos. Snowdon y la estudiante Megan Savage organizaron un experimento para probar su efecto en gatos domésticos. Los resultados fueron prometedores: el 77% de los gatos reaccionaron positivamente a las canciones de Teie. Posteriormente compuso un álbum completo de música para gatos Click aquí para escuchar una canción para gatos compuesta por Teie
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